La plataforma .NET de Microsoft es una evolución del Component Object Model (COM). Crear una tabla en Excel, copiarla y pegarla en un documento Word, mandar un archivo adjunto en un email con Outlook o empotrar controles de ActiveX en una página Web son ejemplos de tareas habituales que utilizan componentes COM.
Estos componentes, en principio exclusivos de las soluciones basadas en Windows, han ido evolucionando (DCOM, COM+) hasta llegar al .NET actual. Se trata de una plataforma para crear componentes software basados completamente en objetos. Hay que dejar claro que .NET no es un sistema operativo ni un lenguaje de programación.
El lenguaje asociado a esta plataforma es C# (C Sharp), bastante similar a Java, y con algunas características de Delphi y Microsoft Visual J++. Pero .NET se puede utilizar con multitud de lenguajes, todos los soportados por Microsoft y COBOL, Fortran, Python, por poner sólo algunos ejemplos.
La plataforma .NET está compuesta por dos componentes básicos: la biblioteca de clases base (BCL) y el entorno común de ejecución para lenguajes (CLR).
.NET es completamente compatible con la especificación SOAP, por lo que se utiliza mucho para programar Web Services, de los que ya hemos hablado en las entradas de este mes relacionadas con SOA.
En la actualidad, sólo algunas partes de .NET son exclusivas de sistemas Windows, el resto pueden utilizarse sobre sistemas Linux y Solaris. Además existe un proyecto, MONO, que es un Open .NET, es decir, la correspondiente versión Open Source de esta plataforma.
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