Este tipo de tecnología se ha ido incorporando en los últimos tiempos a pasaportes, tarjetas de crédito, identificaciones de empleados, etc. Esto implica que las etiquetas RFID contienen información como el nombre completo de una persona, su fecha de nacimiento, sus huellas dactilares o fotografías.
Ya hemos explicado en entradas anteriores cómo funciona la tecnología RFID básica, y como podéis imaginar, este tipo de funcionamiento pone en peligro cualquier información sensible que se incluya en las etiquetas.
La mayor parte de los proyectos encaminados a mejorar la seguridad de estos dispositivos estudian dos aspectos: que los usuarios sepan cuándo un lector está accediendo a la información almacenada en su etiqueta y que los usuarios puedan controlar cuándo esta información está accesible.
En cuanto al primer aspecto, se están explorando diferentes alternativas. Las más habituales, que la etiqueta se encienda, vibre o emita un sonido cuando está cerca de un lector RFID (interrogador) o cuando es accedida por uno. Es decir, existe la posibilidad de utilizar métodos preventivos o reactivos.
En el caso del segundo aspecto, quizás mucho más útil, existen diferentes soluciones. Por ejemplo, se puede diseñar la etiqueta para que sea abierta o cerrada (haciendo así la información accesible o inaccesible) por su propietario, por ejemplo con un botón o con una zona de la etiqueta que sea deslizante. También se ha propuesto que las etiquetas sean sensibles a la luz, de manera que no puedan ser leídas si se encuentran dentro de un bolso o bolsillo. O que la etiqueta sólo se active cuando se ponga en contacto físico con un lector autorizado.
Como ocurre casi siempre que hablamos de seguridad, todas estas soluciones son válidas y no aumentan excesivamente el tamaño de las etiquetas, pero encarecen la tecnología. Por este motivo se plantea que las etiquetas se dividan en dos: aquellas que no necesitan protección porque no contienen información sensible, y las que sí la necesitan.
Aún así, el desconocimiento de los riesgos que se corren, especialmente en ciertos entornos, hace que todavía no se hayan extendido las soluciones propuestas hasta el momento.