Con esta denominación se conoce al modelo o paradigma de computación que pretende que todos los objetos y dispositivos de nuestra vida cotidiana incorporen algún tipo de procesador que les permita interactuar con nosotros para hacernos la vida "más cómoda". En castellano se suele utilizar el término computación ubicua (ubiquitous computing), aunque últimamente se habla mucho también de la inteligencia ambiental.
La integración de los procesadores (y de los sensores y actuadores que les permiten interactuar con su entornos) con el ambiente debe ser de un grado tan alto que los humanos prácticamente no percibamos su presencia y demos las órdenes y recibamos la información de una manera natural y transparente (la idea es que no seamos conscientes de estar rodeados por sistemas informáticos). Si se puede plantear este modelo de computación en la actualidad es gracias a, por un lado, el abaratamiento de los procesadores más sencillos, y por otro, la mejora en algunas de sus características como pueden ser la movilidad y autonomía (reducción en el consumo de potencia), el tamaño o la robustez. También han sido muy importantes las mejoras en redes de comunicaciones, que permiten el direccionamiento e interconexión de manera segura de dispositivos completamente heterogéneos en lo que se ha denominado Internet Of Things.
Las aplicaciones de este tipo de tecnología son prácticamente infinitas (casi todas ya exploradas en las películas de ciencia ficción...) y se ha comenzado por incorporarlas en ropa, electrodomésticos, aplicaciones domóticas y de SmartCity, etc. En futuras entradas hablaremos de las tecnologías asociadas a todos estos conceptos.
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