Ya hemos definido en entradas anteriores un sistema Cloud como un conjunto de recursos virtualizados que se ofrecen como servicio a través de Internet (los cloud públicos, ya hablaremos en el futuro de las diferencias entre éstos y los privados). Y hemos analizado cómo estos recursos pueden ir desde una infraestructura o plataforma hasta una aplicación completa.
Esto implica que detrás del término Cloud encontramos todos estos conceptos:
Esto implica que detrás del término Cloud encontramos todos estos conceptos:
- Infraestructura virtualizada.
- Recursos masivos que se emplean bajo demanda.
- Localización dinámica y transparente al usuario.
- Pago por utilización.
- Sin compromisos a largo plazo.
- No hay necesidad de instalar nada.
- Incorporación instantánea de nuevas tecnologías.
- Se utiliza justo lo que se necesita, no es necesario predecir para dimensionar.
Entonces, respondiendo a la pregunta planteada como título de la entrada ¿cuándo se debe escoger este tipo de arquitectura?, podemos proporcionar una serie de guías o recomendaciones básicas:
- Cuando los procesos, aplicaciones y datos están débilmente acoplados.
- Cuando los puntos de integración están bien definidos.
- Cuando no se necesitan altos niveles de control y seguridad.
- Cuando la Web es una plataforma adecuada para nuestro negocio.
- Cuando las aplicaciones son nuevas.
- Cuando nos preocupa el coste de nuestra infraestructura TIC.
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