Ya hemos hablado en multitud de entradas de las iniciativas de mejora de la productividad basadas en Lean Manufacturing (uno de los enfoques incrementales de mejora más utilizados hoy en día). Hoy nos vamos en centrar en un tipo de iniciativa de mejora de los flujos de producción: evaluación de tiempos Takt y equilibrado de la cadena de producción.
El tiempo Takt (palabra que significa "ritmo" en alemán) es el tiempo máximo que puede tardarse en producir una unidad del producto para conseguir cubrir la demanda. Por lo tanto se calcula como el cociente entre el Production Time y el número de unidades demandadas. En realidad, si queremos ser realistas, para obtener el tiempo Takt real, habría que ponderar este valor con la calidad (Q del OEE) de la producción ya que no todas las unidades producidas llegan al mercado.
Por tanto, de la información o previsiones que se tengan de la demanda del cliente, se puede deducir el ritmo al cual la compañía tiene que producir para satisfacerla. Producir con el Takt time significa que los ritmos de producción y de ventas están sincronizados. Para ello si se modifica la demanda, hay que replanificar la producción y es necesario que nuestra cadena de producción sea flexible.
Aquí aparece el concepto de Heijunka (palabra japonesa como otras tantas asociadas a Lean) o suavizado de la producción. Este concepto implica diseñar cadenas de producción "adaptativas", equilibrando el trabajo que se debe realizar en cada una de las etapas, buscando un tiempo óptimo para cada una de ellas, etc. Para ello se suelen evitar las líneas dedicadas a un solo producto (seríamos muy sensibles a las variaciones en la demanda) y se prefieren líneas capaces de fabricar varios tipos de productos de manera que se amortiguen los efectos de estas variaciones en la demanda. De igual forma se opta por la producción en lotes pequeños en lugar de en lotes grandes. Y también se suelen utilizar otras herramientas Lean como Kanban, One-piece-flow o la producción en celdas de las que hablaremos en entradas futuras.